Un iPad para dominarlos a todos: las razones de un iPad de 128 GB.


El anuncio de un iPad de 128 GB, cogió a muchos usuarios y aficionados a la manzana por sorpresa. ¿Qué sentido tiene aumentar tanto la capacidad de un tablet teniendo un servicio como iCloud? ¿Por qué Apple sigue expandiendo de forma algo caótica su linea de producto centrada en el iPad? Haced sitio en vuestro disco duro.

La primera vez nunca se olvida. Una vez entra en tu vida, posiblemente, no mirarás a tu portátil con los mismos ojos. No recuerdo donde llegué a leer dicha frase, o si ha acabado germinándose en mi memoria y subconsciente de forma automática -como parte de algún mecanismo de auto-convencimiento- pero es completamente cierto. Una vez tienes un iPad entre tus manos, cambias tus valores y hábitos de cara a navegar por la web o a la hora del trabajo. Pero no os descubrimos nada nuevo con semejantes afirmaciones. Eso, seguramente, ya lo sabéis.

Desde estas líneas, durante varios años, hemos ido defendiendo y comprendiendo la postura de Apple en todo lo referente al iPad. Aplaudimos su decisión de lanzar una versión reducida, comprendimos y alabamos los cambios en el iPad 2, y entendimos los objetivos de la inclusión de una pantalla retina de alta resolución. Cupertino, curiosamente, ha ido haciendo cambios y añadidos más interesantes en su tablet, que en el iPhone o el Mac -salvo honrosas excepciones-. Pero, mientras el iPad evolucionaba y se iba a adaptando año tras años a un mercado cambiante -en el que, por cierto, siguen líderes-, el dispositivo de la manzana seguía anclado en cuanto a sus configuraciones de espacio.

Daba igual si incluía un procesador de doble núcleo, o si de sus cámaras gozaban de mayor índice de megapíxeles: el espacio interior, seguía siendo el mismo. De 16 GB, pasando por los 32 GB y terminando en los 64 GB. Desde principios de 2010, el iPad tenía la misma memoria, y parecía que, mientras las revisiones externas e internas se sucedían, el espacio, permanecería como parte indivisible de su identidad. Durante años, desde la propia Apple -y desde sus más recalcitrantes y acólitos usuarios-, se ha defendido esta posición. ¿Por qué aumentar tanto el espacio si no se usa? ¿Por qué meter más gigas si Apple tiene un servicio excelente como iCloud? ¿Para qué aumentar tanto el disco duro interno si la competencia no hace lo mismo? Preguntas, excusas y argumentos recurrentes, que veíamos, de forma casi constante, tras cada actualización del iPad.

Cuando Apple, a mediados de la semana pasada -y tras el repentino lanzamiento de iOS 6.1- anunció la fabricación de un iPad de alta capacidad con 128 GB en su interior, a muchos, les pareció absurdo, criticando de forma excesiva la medida tomada por Cupertino. Y aunque lo comprendemos, lo cierto es que se equivocan. No entendemos como, cuando hablamos del iPhone, se reclaman mayores capacidades, y que, cuando lo hacemos en referencia del iPad, se sea tan condescendiente y recatado en eso de pedir gigas. ¿Por qué limitar y dejar anclado un producto tan versátil como el iPad? iCloud es un servicio gratuito que ayuda a aligerar algo la carga de todos esos usuarios que cargamos documentos en nuestro tablet, pero no es una solución a largo plazo a no ser que reclamemos más capacidad mediante suscripción, o tiremos de discos duros externos exclusivos para iOS -así como las consabidas tarjetas o memorias USB mediante adaptadores y demás-. Pero, ¿son soluciones reales, o parches?

Los 128 GB, son a priori, una gran decisión. Apple consigue por fin, plantear su tablet como un verdadero producto profesional. Lo convierto de forma definitiva, en el caballo de Troya absoluto en la era Post-PC. Por primera vez, el iPad, goza de potencia y espacio de manera coherente, en una completa sinergía que muy pocos dispositivos en el mercado pueden permitirse. Ahora, todos aquellos usuarios que trabajen de manera intensiva, o que manejen datos y aplicaciones enormes -como algunas bases de datos, o entornos ofimáticos, así como todo cliente que necesite de herramientas de edición fotográfica o de video- tendrán en el iPad de 128 GB, su más valiosa arma. El iPad deja de ser así un dispositivo móvil normal, para cruzar e invadir de forma silenciosa, la gama de productos Mac. ¿Un MacBook Air o un iPad de 128 GB? ¿Para qué lo quieres? ¿Qué tipo de usuario te consideras? Preguntas hasta ahora inverosímiles, serán las que definan la decisión para un gran número de personas.

¿Canabilización de ventas? Para Apple, eso no es un problema. Cómete tu línea de producto antes de que lo haga la competencia, decía Steve Jobs. Y esa máxima, esa premisa fundacional de Apple, sigue vigente. No creemos que en Cupertino se preocupen demasiado si ven como las ventas del MacBook Air se ven afectadas por el iPad de 128 GB. Una cosa buena de la empresa de la manzana -de esas muchas que tiene- es que siempre, te ofrece un producto adecuado para tus necesidades. Y si hay algo que no te convence, siempre puedes encontrar otro dispositivo o producto que lo haga. Ahora, miremos a la competencia. Sí, no hay nada igual o que le pueda hacer frente en el mercado. Curioso, ¿verdad?

Apple con este iPad tiene entre manos un producto premium, tope de gama, quizás excesivo en precio, pero con un público claro y definido. Desde profesionales, a clientes que no quieren lanzarse al territorio Mac por culpa del cambio que les supone -los hay todavía con un pánico casi traumático a pasar de Windows a OS X, pero no temen hacer sus tareas con iOS, sistema que controlan a la perfección-, pasando por aquellos megalómanos que prefieren llevarse su música o sus datos a todas partes. Ahí afuera, hay una serie de personas que jamás se habían atrevido a comprar o disfrutar de un iPad por el «miedo a quedarse cortos». Ahora, con esas 128 y contundentes razones, se acabó eso de usar el espacio como excusa para desechar el iPad.

Alberto González

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