En la presente semana, hemos visto como Apple compraba el catálogo de Los Beatles para su distribución digital en exclusiva, y como el tablet de la empresa de la manzana, pasa de ser un simple objeto más dentro del amplio catálogo de la compañía, a convertirse en toda una referencia cultural.
Es raro, pero para muchos es muy difícil asimilar el éxito. Pasar de ser una empresa importante, pero no mayoritaria, a ser todo un referente cultural o icono, es más complicado de lo que muchos creen. Para Apple, dicha transformación, se está convirtiendo en parte de su rutina. Si el inicio de la presente década ya marcó el rumbo (y el ritmo) de la industria musical con el lanzamiento del primer iPod y de la creación de iTunes y su tienda musical, ahora el iPad sigue el mismo camino. El tablet de Apple, que llegó entre dudas, cachondeos y fotomontajes, y mucha expectación, ha pasado de ser un utensilio más, a convertirse en toda una referencia cultural para millones de personas. En un obscuro objeto de deseo, atracción y veneración. El iPad copa las listas de deseos y peticiones de regalos en las próximas navidades, y no son pocos los usuarios que han escrito una carta de sus majestades con el cacharrito de marras entre otras cosas. De hecho, entre las palabras más usadas del año (medidas por el tráfico de internet en relación a ellas), la palabra iPad se encuentra casi al mismo nivel que la de “vuvuzela” (el famoso y odiado instrumento visto durante el Mundial de Fútbol de Sudáfrica). El iPad ha demostrado ser mucho más que un simple tablet. No son pocas las voces que lo consideran algo más que un subproducto, nominándolo como el futuro de la tecnología portátil. Día sí, y día también, vemos como el iPad canibaliza las ventas de los ultraportátiles (conocidos como netbook), e incluso en otros países, ya se le empieza a considerar como un ordenador. Su entrada en el mercado, aparte de crear un nuevo nicho comercial, ha logrado todo un desplazamiento de interés desde los pequeños ordenadores portátiles, al negocio de las tablets. Muchos consumidores que andaban buscando un portátil para tareas justas y sencillas de la ofimática o el ocio mediante internet, han ido pasando sus miradas hacia el iPad. El iPad de Apple es mucho más que un cacharro con una simple pantalla táctil o un diseño exquisito. A día de hoy, es un sustituto viable en cualquier oficina y casa, o para cualquier usuario o trabajador, a la hora de trabajar o disfrutar de la tecnología portátil. Sus características técnicas están fuera de toda duda. Hay usuarios y clientes que lo usan para, aparte de consultar el mail, navegar por internet o escuchar música, para elaborar sus presentaciones, operar con sus tablas y hojas de cálculo o escribir entradas e informes para sus páginas webs. Lo mismo, hace exactamente lo mismo que un portátil. Si dejamos hacia un lado las tareas más comunes, el iPad se ha convertido también en todo un instrumento para la creatividad. Miles de artistas de todo el mundo, usando el tablet de Apple para componer música, exponer sus trabajos o crear maravillosas obras de arte con las que sorprender a la audiencia. Gorillaz, el famoso grupo virtual basado en diseños de ánime, ha reconocido haber compuesto su último álbum gracias a un iPad. Casi nada.
¿Estamos viviendo un cambio de tendencia? Pues casi con total seguridad. Se está dejando de ver el iPad como un simple aparato más de Apple, para hacerlo con el respecto y la atención del que merece el próximo gran paso en la tecnología portátil y móvil. Apple crea tendencias, y lo sabe. A principios de semana vimos con la sorpresa que nos tenían preparada desde Apple, no era un nuevo modelo de iPad, un iTunes basado en la nube digital de contenidos o una nueva versión del programa. Eran Los Beatles. Sí, Los Beatles. El popular grupo londinense que cambió el mundo, ahora llegaba en exclusiva a la distribución digital musical de iTunes y su tienda. Sus canciones, sus conciertos y sus temas, ahora formaban parte del entramado de la iTunes Store y de Apple. No fueron pocos los que se llevaron las manos a la cabeza, renegando de la noticia, del bombo generado alrededor de ella, y de la expectación creada por la empresa. Muchos acusaron a Apple y a sus usuarios, de engordar demasiado cualquier tipo de evento organizado alrededor de la compañía de la manzana. ¿Tienen razón? Pues en parte. Todos los usuarios somos en parte culpables, pero ojo, siempre te acaban sorprendiendo. A raíz de la sorpresa y la llegada de Los Beatles a la tienda de iTunes, muchos creían que no cambiaría nada. Que simplemente, “engordarían” el catálogo, dejando las ventas y las ganancias como algo secundario. Que la entrada de el grupo inglés en la tienda, había sido más un capricho del mismo Steve Jobs (llamado el quinto Beatle por sus continuas peleas judiciales con la empresa Apple Corp por los derechos y los problemas alrededor de ellos) que una estrategia comercial. Se equivocaban. Aquellas voces inexpertas y críticas en demasía, se equivocaban. Al poco tiempo, Amazon bajó el precio de los CD de Los Beatles ante la demanda y oferta de la iTunes Store, y en apenas unas horas, canciones como “Here comes the Sun” o “Let it be”, ocupaban los primeros puestos de temas más vendidos y descargados de la tienda. iTunes funciona, ¡y de qué manera! La gente fanática del grupo, que lo tendrá todo lo habido y por haber, quiere canciones en concreto, éxitos. Y los que no lo son, quieren descubrir al grupo del que tanto hablan los expertos, amigos y familiares. Y lo están haciendo.
iTunes ha cambiado la forma de ver la música. De eso no hay duda. Apple siempre lo hace. Tira la piedra, y casi todos, van detrás de ella. Al igual que el iPad, que por cierto, tiene una aplicación para usar una vuvuzela virtual. Canibalización del mercado, o eso dicen. Seguro que hay una aplicación para ello.
Alberto González