¿Ha dejado de innovar Apple?

Desde la presentación del iPad a principios de 2010, pero sobre todo tras el fallecimiento de Steve Jobs, una corriente de opinión ha ido creciendo como la espuma. Existe la sensación de que Apple ha dejado de sorprender e innovar, y que después de la muerte de su co-fundador y alma máter, la situación no parece dar señales de mejorar.

Apple se encuentra en uno de los mejores momentos de su historia. Las ventas acompañan y ya es la empresa más valiosa en Bolsa de todos los tiempos, además de una de las más populares entre los consumidores. Sin embargo y como se suele decir: a mayor luz, mayor sombra. El «piensa diferente», más que la alternativa sugerida hace años por Jobs, se ha convertido en la corriente a seguir; se ha normalizado. La agresiva guerra de patentes y la competencia con Samsung y Google, por no hablar de la reciente crisis de los nuevos mapas en iOS 6 y las posteriores disculpas del actual director ejecutivo, Tim Cook, solo hacen que favorecer los argumentos de los detractores de la empresa.

Mientras tanto, sus admiradores se preguntan dónde está la capacidad de sorpresa e innovación de Cupertino, no sin faltos de razón: Apple no presenta un producto nuevo al cien por cien desde el primer iPad, hace ya más de dos años. Desde entonces, keynote tras keynote solo hacemos que ver revisiones de productos ya existentes, como el futuro iPad de menos pulgadas que presumiblemente se presentará este mes. ¿Está estancada la empresa, o es que simplemente se le exige demasiado?

Más bien esto último. Tendemos a olvidarnos de un par de cosas: la primera, es que la innovación acompaña a los productos de la manzana generación tras generación, sobre todo en cuestiones de diseño y hardware. La segunda, es que es sencillamente injusto exigirle a una empresa que de el bombazo con las mayores sorpresas del mundo de la tecnología año tras año. Nos olvidamos de algo muy importante, y es que ese factor sorpresa de Apple a la hora de presentar productos nuevos que nunca antes se han visto solo se ha dado en muy pocas ocasiones durante la pasada década, concretamente tres: las presentaciones del iPod, del iPhone y del iPad. Hasta entonces, y desde entonces, la innovación y/o la sorpresa siempre reside y residirá en cómo actualizar esos productos para convertirlos en objetos aún más atractivos de utilizar, dejando a un lado la distorsión de la realidad de Steve Jobs en cada presentación.

¿Cuál debería ser ese próximo gran paso?

Los rumores apuntan de forma insistente en que Apple podría probar suerte con un nuevo producto: su propio televisor inteligente. Sin embargo, personalmente apostaría por el software. El diseño de los productos sigue siendo excelente generación tras generación, pero se están descuidando factores vitales de los sistemas operativos del Mac y de los dispositivos móviles. Y la competencia aprieta, con Google convirtiendo a Android en un sistema cada vez más eficiente y completo versión tras versión, por no hablar de Microsoft y su completa renovación de Windows, etc.

Los productos nuevos que nos dejen con la boca abierta ya llegarán. La realidad actual es que las renovaciones anuales de OS X y iOS solo incluyen funciones adicionales, y en algunos casos incluso el rendimiento del sistema empeora. Apple, en ese aspecto, debería dar un golpe sobre la mesa lo antes posible. Al fin y al cabo, se trata de permanecer hambrientos y pensar diferente, eso sí, sin quedarse adormilados por el camino.

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