Ha sido uno de los puntos más polémicos, y los que más susceptibilidades ha levantado entre los aficionados a la manzana: el nombre de la tercera generación del iPad. Ayer, descubrimos que ni «iPad 3», ni «iPad 2S» ni mucho menos, «iPad HD». Simplemente, iPad. Apple rompe los esquemas. Una vez más.
Apple ayer, cuando presentó su nuevo tablet, desencajó unas cuantas mandíbulas. Y más de un usuario por Twitter, aseveró: «Apple sin Steve Jobs ya ni sabe nombrar a sus productos. Menuda vergüenza.» Verídico. Y es que el nuevo dispositivo de Apple no se llama «iPad 3». Ni «iPad HD». Ni mucho «iPad Galaxy Nexus Tab 10.1 4G». Simplemente se refirieron al tablet como «Nuevo iPad». iPad. Ni más ni menos.
¿Por qué acabar con la numeración? ¿Por qué no añadirle sufijos? Cuando le preguntaron a Phil Schiller desde The Wall Street Journal sobre ello, Schiller fue contundente y muy directo:
«Lo hemos llamado iPad porque en Apple no nos gusta ser predecibles.»
Así de claro. No hay otra explicación, ni teoría posible detrás del cambio de nomenclatura. Cupertino no tiene ningún tipo de estrategia detrás, ni quería reiniciar el mercado o lanzar de nuevo un producto consolidado en los hogares de miles de usuarios. Eso lo tienen ya ganado, se llame como se llame el producto. El nuevo iPad es simplemente eso, una decisión típica en Apple. No les gusta ser predecibles, ni estar ligados a las ataduras convencionales del mercado o la prensa especializada. Y lo han constatado. Ahora vendrán los expertos en marketing a decir que se han equivocado, que el nombre no es acertado o que creará confusión. Lo de siempre. La historia se repite y Apple, una vez más, rompiendo moldes.
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